Amigo de la infancia,
vivimos experiencias cotidianas,
recuerdo en la distancia,
con intenciones sanas,
salimos siempre todas, las mañanas.
Siete años ya tenías,
en el tiempo lejano, que pasó
y juntos tantos días,
la noche nos cubrió
lindas tardes, de mi caballo y yo.
Por los montes viajamos,
al mundo natural, lo conocimos,
y tanto cabalgamos,
aventuras vivimos,
los más grandes amigos, siempre fuimos.
cruzábamos el róo,
cada noche te daba, yo tu cena,
y sin calor ni frío,
con vida tan amena,
la maldad se encontraba tan ajena.
Ya tuve que marcharme,
a un lugar tan lejano, ya al instante,
tuve que superarme,
con vida de estudiante,
allá en el medio urbano, tan distante.
Te recuerdo contento,
por lo menos, en tu habitat seguiste,
hay cambios, de momento,
surgió un momento triste,
me enteré que del mundo, ya te fuiste,
Allá en el paraíso,
de seguro, te seguiré montando,
el destino así quiso,
y nos fue distanciando,
estoy por tu recuerdo, sollozando.
- Autor: Pedro Ruiz Lopez ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2017 a las 16:58
- Comentario del autor sobre el poema: Otro pema a este bello anumal compañero de mi infancia el mejhor amigo en un medio rural, e indispensable, gratos recuerdos de mi caballo en la infancia y la adolescencia.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 125
- Usuarios favoritos de este poema: Juventino Pérez
Comentarios1
Cada poeta / en su cofre de secretos / atesora el brioso corcel / De madera un sueño de niño / De sangre y aventuras un mundo real
Los sucesos de la vida siempre forman parte de tu personalidad y com en el caso de mi caballo siguen siendo para mi tan agradables, saludos.
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