¿Quién eres y qué me quieres?
Soy la Muerte y vengo a verte.
¿Por qué te has presentado si yo no te he llamado?
No necesito que nadie me llame para ser invitado.
Por lo que más quieras, no me lleves.
Por más que ruegues, no te libras.
Habiendo otros más viejos, ¿por qué no te los llevas a ellos?
He venido por ti y de aquí no me muevo.
¿Qué puedo hacer para que me dejes?
Nada. Es inútil, no te esfuerces.
Si me concedieras unos días, yo mismo me entregaría.
Y dime, ¿qué sentido tiene prolongar la agonía?
Pues disfrutar de cada momento como si se tratara del último día.
Es tu último día, así que disfruta, que el tiempo expira.
¿No me concedes ni siquiera un último deseo?
Habla, pero cuidadito, que te veo.
Quiero que mi vida de muerto sea como mi vida de vivo.
Eso está hecho, amigo: pues no hay mejor vida que el olvido.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Comentarios5
OLVIDAR QUE SE ESTÁ VIVO ,ES ESTAR MUERTO...
BUEN TEMA,PERO NO LO CREO POEMA
Me gustan mucho los dos últimos versos que le dan sentido al "coloquio". Si alguien vive en el olvido, olvidado, es como si estuviese muerto. Un abrazo, Faetón.
Oscar, me deja un mal sabor de boca ese olvido.
Yo espero que a mí sí me recuerde alguien.........
Un beso
Es impactante y muy cierto. Pero realmente quiero luchar para ser recordado en la posteridad. Gran poema...
Excelente poema teatral; la muerte, el dulce descanso eterno. Espero, en todo caso, que nuestra vida no sea un teatro
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