Admirada y distinguida Dama:
Hoy por medio de esta carta quiero confesarle lo que desde hace tiempo atrás siento por usted. Me es difícil hablarle de frente pues no tengo el valor suficiente para hacerlo y es por eso que he recurrido a la palabra escrita.
Se bien que usted tiene su vida hecha, que no podría poner sus ojos en mi puesto que se le nota muy feliz con su familia. No quiero incomodarla con esta nota, sólo quiero que usted sepa lo que ha despertado en mí.
No quiero causarle problemas mucho menos un disgusto con su esposo, la vida me ha enseñado a respetar lo ajeno, no acostumbro a tomar lo que no es mío. Hoy quiero decirle que me he enamorado de usted que quiero y deseo tenerla conmigo que me gustaría ser yo ese hombre que está a su lado.
Lamentablemente he llegado tarde a su vida y no quiero ser la manzana de la discordia en una pareja que veo feliz.
Tome en cuenta que me ha costado mucho escribir esto para usted, pero ya no podía callarlo no podía soportar más esto dentro de mi pecho.
Me despido y usted no se preocupe la vida sigue y así como sigue yo seguiré a queriéndola como usted quiere a su esposo.
- Autor: Alan Martinez ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2017 a las 05:36
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
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