No puedo ni quiero olvidarte
No es para nada mi deseo
Soy otro tan pronto como te veo
Despertándose siempre las ganas de amarte.
Te imagino como eras siendo niña
En tu campo rodeada de tus animales
Tenía un burro, un gato, todos racionales
Nunca les pegaba, no conocían la riña.
Mira esa silvestre rosa
Milagro que crezca sola
Potente la pequeña diosa.
Pobre roja y descarada la amapola
Pequeña llama ardiente y hermosa
Se alza de la hierba como una ola.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 25 de octubre de 2017 a las 08:21
- Comentario del autor sobre el poema: La naturaleza en la mente juvenil es una diosa, hasta la sangre no es sangre, porque forma parte de la amapola, los animales domésticos son nuestros compañeros y los salvajes no son salvajes, lo que pasa es que no hemos aprendido su lenguaje.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 84
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, B. Wayne
Comentarios1
Tximeleta el amor de la mujer es tan amplio que abarca a todos los animales yo he visto llorar por la muerte de un canario que cantaba tan bien que se llamaba plácido domingo llorar nos hace mas humanos un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.