Te vi un día y te grité, pero no oíste mi voz.
Me dormí un día y soñé pero no viste mi sueño,
y yo en el tuyo no estaba.
Tampoco aquel beso suave que un día calló mi grito,
cuando en ese amanecer llegamos al infinito,
permanece en el recuerdo de aquel hermoso momento.
Fue efímera aquella noche como una estrella fugaz,
que después de atravesar con su titilante luz,
desaparece en el cielo llevándose los luceros.
Así atravesaste tú aquel sueño que no viste,
y el beso que no me diste.
- Autor: Iris Lugo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2017 a las 12:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 164
- Usuarios favoritos de este poema: Douglas Landaeta T., NAYROBI JACOB, Herida, Jose Adolfo
Comentarios2
una noche fue suficiente
ardoroso y muy caliente
pero ése beso que no me diste
aun lo espero muy triste.
Que belleza sólo puedo decir
¡Qué viva el amor!
Con mucho cariño
JAVIER SOLÍS
¡Gracias! Por por amor y con amor fuimos creados por Dios.
Él sólo se estremeció cuando despertó su agonía de soledad poeta
Gracias por su poética respuesta.
¡Gracias!
Jose Adolfo
30 de octubre de 2017 a las 14:03
Tu palabra inspira / deja en libertad esas musas que hacen maravillas en la pluma del poeta / admirada poetisa
¡Gracias! Sus comentarios me inspiran a seguir escribiendo....
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.