Crecer y vivir

Abro mis ojos, un mundo nuevo. Veo detenidamente dos siluetas, no logro distinguir. Parpadeo repetidas veces y comprendo, son una mujer hermosa y un gran hombre. Primeros en saber de mí existir. 

Ando imaginando, jugar es lo único que deseo ahora mismo. Nace un príncipe, que dicha somos cuatro. Aquel príncipe se enamora perdidamente de aquella mujer hermosa y aquel gran hombre, por ellos siente lo que he de sentir siempre. 

Modas, religiones, dinero, amistades y relaciones. Siquiera hay necesidad de conocerlas en estos momentos. Mi vida es perfecta con ciertos personajes en ella.

Cómo impedir crecer y envejecer. Envejecer no en arrugas, en experiencias jamas repetidas, creer madurar en ciertas circunstancias, no entender la vida y solo preguntarse el por qué de las cosas. Maldita sea crecí, que pasó con mis muñecas, con la idea de imaginar bonitas y posibles historias, con las ganas interminables de jugar. Un día cualquiera todo se fue al carajo, sin darme cuenta deje lo que tanto quería. 

Mujer hermosa y gran hombre jamás paso por sus cabezas la felicidad y tranquilidad que nos brindaban en todo momento al príncipe y a mi. Un día cualquiera olvidaron por completo nuestro sentir, tomaron caminos diferentes, sin querer íbamos creciendo. 

Mujer hermosa, cuando abriste tus ojos a la vida ella no te esperaba con ansias. Sufriste cuando tenías que jugar, sufriste cuando tenías que disfrutar y ahora también sufres. 

Gran hombre, cuando abriste tus ojos a la vida, esta se encontraba ocupada. Aprendiste a tejer una gran capa, en ella oculrarias la tristeza y el dolor ante el mundo. Sufriste cuando solo querías un abrazo maternal, sufriste cuando solo querías un apoyo fraternal y ahora también sufres. 

El tiempo parece ser lento pero cada que pasa siento que me quedo sin el, anhelando que jamás acabe. 

El príncipe y yo crecimos, el jugar no nos llena completamente, el imaginar no cambia nuestra realidad. La felicidad, tranquilidad un sueño tachado y marcado de nuestro vivir. 

Conocimos las modas, las religiones que buscan robar al prójimo con un diesmo, el cochino dinero ladrón de ilusiones maldito mal necesario para muchos, amistades inciertas y relaciones pasajeras.

Caminos aprendidos por aquella mujer hermosa y aquel gran hombre.