Luego de la caída parece que ya no hay extremidades
y el ascenso parece algo difícil de encontrar,
así como también lo parecen las palabras,
y por eso antes de subir parece que arriba no hay nada;
unos dirían que ascender es como trascender,
mientras otros escribirían una pesarosa letanía,
sobre el papel que utilizarían
para construirse una escalera ficticia.
De ascender se dice que se puede por cuenta propia,
mas no he conocido a nadie que en serio lo haya hecho;
el ascenso se parece a la caída;
no es un camino laureado, ni vasto con lullabies benditas,
se parece más a un proceso, tan doloroso, que es casi poco poético;
mas la rima de sus versos es fantasma ausente
y su propósito es apenas un mosaico divisible;
y sin embargo, a pesar de todo lo sabido,
el ascenso es todo menos maligno.
Porque a diferencia de la caída, el ascenso trae vida:
Es cataclismo de esperanza y luz para las entrañas,
devasta con su fuego hasta las cenizas
y no las convierte sino en maravillas;
no existe criatura que por él haya persistido en sus penas,
ni hay hombre en la tierra que haya sido traicionado al / perseverar en sus reglas.
¡Vaya belleza de paradoja!
Encontrar vestigios de vida en la ruina,
almas de hierro en ciudades de arcilla.
- Autor: Victoria Bruni (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2017 a las 00:11
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Verso&prosa
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