Efecto poesía!!

El descuartizamiento momentáneo de lo que soy, cualquier cosa que yo sea.

La levedad, el clímax anímico, ese que no es ni euforia, ni ensimismamiento, ni abatimiento, ni alegría, sólo intrascendencia de mi existir.

La sed, la manifestación del espíritu insaciable, ávido de lectura, de café, de buen tiempo, de vida, la maldita vida que tiende a oscurecerse se vuelve un resoplo dulce en mi boca, un velo dócil que me acaricia mientras camino y entonces la brevedad de la existencia pierde importancia, y se reduce al ansia de lo bello, lo bello en la fugacidad del tiempo, el minuto más corto del mundo soy yo en estado de poesía.

El ansia del sexo, sexo en tu casa por la tarde, la cálida tarde de verano cálida como tu espalda, el café sobre la cama, la risa desbocada por lo trivial, la conversación a medias que se retoma, mis frases cortas y densas para decir sencillamente “te amo”, mis preguntas sin respuestas, esas respuestas que no encuentras se evidencian en tu sonrisa y amo la humildad de nuestro no saber.

En estado de poesía, mi espíritu desea un tiempo inexistente, entre deliberaciones del ser, de nuestro estar aquí y la pregunta hacia dónde vamos como una cita a la embriaguez nunca a la angustia, un trato con la muerte, una tregua con lo externo, un descuido de la moral, un descanso delirante y breve, tan breve.

La cerveza, el contacto, el adentrarse en lo recóndito del momento, poseer el espacio, acariciar lo imposible, ser de la vida sin la impronta de lo debido, del futuro, del destino. El efecto que generan las líneas de otros, la genialidad de sus palabras, la belleza de sus escritos o a veces sólo tu sonrisa.