Mi casa de campo, era linda, cómoda, rodeada de árboles y pajáros cantores, que alegraban mis mañanas cuando el sol se asomaba haya en el poniente. Allí se veía la niña con su pelo al viento y su caballo cabalgando, arreándo las vacas para ser lechadas y algunas a la vacuna por las heridas que se le asomaban en las ubres. Era bonito estar en el campo, relajarse, olvidarse de los bullicios de la ciudad y quedarse por algún tiempo, despejar la mente y pensar en la niña que con sus cabellos al viento me traía el corazón apurado, me tenía atrapado, me sentía condenado en mi propia carcél, con una libertad que se alejaba cada día que pasaba, estaba enamorado.
Cuando sentía el relincho de su caballo, me asomaba a la ventana para verla pasar, pero yo quería que me mirara, que me viera y pensaba que hacer para llamar su atención y poderla acercar hacia mi, pasaron los días, no la volví a ver, pasaron los meses, de ella, nada, me e sentido solo, encerrado allí, en mi casita de campo, para ver si de alguna u otra manera me olvidaba de ella, me fue imposible.
Al frente de mi casita, arregle la tierra para plantar las mas hermosas flores y recordar su belleza que rondaba en mi mente y cada día se adentraba mas y mas dentro de mi corazón, arregle una plasíta especial con árboles y asientos adornados pensando el día de su llegada para que no se sienta sola y hacerle ver cuanto amor hay esperando por ella. Tengo miedo, si, me da coraje, por que ella tiene la casa que es una mansión y la mía una casita de campo, simple pero acogedora, pero lo que me alegra, que la mía tiene el jardín hermoso como ella, por que fue hecho para ella, pasaron los días y sucedío lo bueno del que yo no esperaba, se bajo del caballo y me dijo, puedo pasar y disfrutar de esta belleza, me quede anonadado, con vos devíl le dije que si, sus manos delicadas se allegaron a las bellas flores y las arranco con suavidad llebandolás a sus narices para sentir el suave aroma y esencia para luego sentarcé en aquel banco de la plaza, para disfrutar de su belleza y pidiendo que hablasemós de amor, que lindo fue ese momento, cuando en mis brazos te vi dormir, pensé que Dios se equivoco, por eres demasiado para mi y no se si te merescó de verdad o solo será un sueño del que no quisiera despertar.
- Autor: Yo Claudio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2017 a las 00:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
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