LA NOCHE EN SU CAMINAR
Lentamente llegaba la noche, como silbido del viento en su caminar habitual, con la sombra entre sus pasos y el alma serena en su despertar. Tierna y risueña se posó bajo el lecho de la luna llena, mientras ella la veía con ojos frágiles, desnuda en toda su sencillez.
Sigilosamente el viento regalaba una melodía entre su silbar, acariciando la noche con delicadeza, mientras el corazón se enamoraba más de su alma de noche otoñal.
No era una noche cualquiera, era una noche especial, sus labios frescos contenían el néctar del sueño inusual. Con fragilidad la noche abrazaba y el amor de aquellos pensamientos empezaba a susurrar, el momento propicio para acariciar el corazón de aquella mujer que de a poquitos te roba la razón.
Autor. LMML.
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