Äiŕə

Reímos, amamos, lloramos, odiamos (a nosotros mismos o a cualquiera), puteamos, volvemos a odiar pero con más intensidad. Nos recuperamos, vivimos, vivimos, vivimos, y nos volvemos a enamorar. Y así empieza de nuevo, porque es una rueda, así es la vida, pero siempre viviendo al limite. O sos un total sedentario antisocial que no sale, o sos el mas fiestero de todos que se come al mundo y no toca su cama nunca. O te odias o te amas. O vivís o dejas de vivir. Feliz o triste. O entregas todo o nada.

Todo o nada. ¿Triste no? Tenemos miedo al rechazo. Cuando la otra persona nos abre la puerta, corremos, corremos tan rápido que no nos damos cuenta cuando chocamos contra la pared. Y te caes. Entonces te paras y corres otra vez, si, pero ahora para salir. Para escaparte, para huir. Entonces terminaste entregando todo, y a la vez nada. Porque huiste.  Aire, necesitas aire.  Te odias pero no por la acción de huir, sino porque no fuiste capaz de encarar ese problema, porque fuiste débil. Porque sos débil. Entonces te odias, lloras, puteas y dejas de vivir. Por un tiempo porque después volves a conocer a alguien que te vuelve a abrir la puerta. Y esta vez no corres porque tenes miedo, así que trotas. Esquivaste una pared, entraste por una puerta y llegaste a una habitación. Bien, Todo esta bien. Te superaste.  Hasta que te chocas contra otra pared y ahora estas encerrado. No tenes escapatoria porque la puerta esta cerrada y estas cansado de tratar, entonces volves a escapar. Esta vez por la ventana. Sin embargo, no saliste, seguís ahí, dentro de esas paredes. Y lloras mucho y bien fuerte hasta que te das cuenta que esa persona que te abrió la puerta fuiste vos, al que amaste fuiste vos y del que huiste fuiste vos. Te rechazaste y ahora lloras con mas fuerza si total nadie te va a escuchar.   El corazón bombea fuerte, todavía no te diste cuenta que esa habitación se va haciendo más chica y más y más y más. Hasta que ya no caen lagrimas, abrís los ojos y no hay paredes, ahora podes respirar. ¿Huiste? ¿O te salvaste?    No importa. Si ya no estas encerrado. Si ya podes respirar.