Pequeña, pequeña, y sutil, morenita, como las esposas de la Biblia o lirios dilectos de la alegría, graciosa, melodiosa, misteriosa, llena de innumerables destinos augustos, egregios y pálidas adivinaciones, humilde en su virtud, humilde, y humilde, y humilde, grandes los negros, negras pupilas, negros ojos, negros ojos, anda por las eternas acariciando los acontecimientos rientes.
En aquel montoncito de carnes firmes, humanas, plomosas, canta los cielos musicales, Dios, Dios santísimo del Carmen, paralizo, pero la risa de ella, tuya, de él; tuya son tus ramas, ramas cuestiones, cuestiones de ramas, opacadas seguridad, orden público, orden de leyes, el romanticismo románico, románico; primeras olas, olas patriarcado, olas de paterfamilia, la caminata con los pasajes ayudó a despertar tu duda, tu inseguridad.
Compañera roja es, rosado es, es la quieras que sean, los labios; caldean el amor tus entrañas adolescentes, las menudas manos te arden, el sangriento clavel de tus labios calcinan los vagos suspiros innumerables; estoy presente sin apuro ni proyección, que la dominación desaparezca por completo, que siga la contemplación materialista y honesta.
- Autor: Indeo/Juan Croniqueur de la India (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de noviembre de 2017 a las 16:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 119
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