TENDRÍA que verte de nuevo erguida,
para poder disfrutar de tus pechos
enhiestos: luz de tu cuerpo sin brida,
que buscan, con afán, ojos maltrechos.
Ven, mujer, y coloca aquí, enseguida,
tus dulces labios en ansia deshechos;
deja, al fin, que tu amapola florida
recorra mi cuerpo sin pies maltrechos.
Dejemos, luego, que la sombra cubra
nuestros cuerpos con su mano de azogue,
como quien al aire pone su suerte.
Y, así entregados, que nadie descubra
que, en tan alta entrega, es nuestro desfogue
aguardar abrazados a la muerte.
- Autor: Pedro de FRANCISCA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2017 a las 17:29
- Comentario del autor sobre el poema: El arte por el arte y la creación por la creación. Pienso con Juan Alfonso de BAENA, compilador del 《CANCIONERO DE BAENA 》(h. 1430); esto es, cinco siglos antes que el archiconocido Pessoa, que el poeta es un fingido, como uno.
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 45
Comentarios4
me gusta esto "Y, así entregados, que nadie descubra
que, en tan alta entrega, es nuestro desfogue
aguardar abrazados a la muerte. "
bueno todo me gusto pero esa verso envuelve un final lleno de emociones apasionadas como quien entrega sus ultimas fuerzas no esperando nada a cambio.
Romeo y Julieta.
Slds
*Leído.
Saludos hasta allá.
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