Mirada Dolorosa.
¡Qué ciudad tan empiñada!
¿Qué es lo que sucede?
¿A quién están juzgando?
“Al Hijo de Dios, han matado.”
“María, no lo mires”, expresa Juan,
¡Que dolor, mi corazón esta ardido
El dolor de una madre es fuerte!
Al ver a mi hijo Jesús siendo lapidado.
Ve que su retoño es latigado,
Como un esclavo, cruelmente es azotado,
Con insultos, como los que reciben los despreciados,
Aquellos desprecios que desvaloran a los justos.
Se ve el derramamiento de su sangre,
Sangre justa, honesta, serena,
Que tiñe las huellas en la arena,
Como pasos de gigantes.
Mujeres entristecidas por el suceso,
Lloran al ver al Hijo de Dios.
Nadie vela por sus buenos hechos,
La sentencia es injusta.
María, se acerca a Jesús,
“Hijo, ¿por qué lo haces?”
“Madre, soy el camino, la verdad, la luz.
Cargo los pecados en esta cruz.”
Tierra Santa, Israel, lleva al matadero
Al cordero fiel, santo y puro.
Llevando a cuesta una cruz de madera,
Va camino al Gólgota, el buen Jesús.
Juventino Pérez
- Autor: Juventino Pérez ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2017 a las 18:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: María C.
Comentarios2
Hermoso poema eque exalta el dolor que haya sufrido una madre al ver a su hijo sacrificado.
Pero que con humildad a pesar de su poderío sufre bajando a su condición humana.
Muy lindo amigo.
Con aprecio
JAVIER
Muchas gracias por sus palabras poeta. Saludos y bendiciones.
Profundo y muy sentido, si un gran dolor bien escrito
Un saludo
Muchas gracias poeta. Saludos y bendiciones
ÍDEM
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