T u s b e s o s no esperan al destino,
ni al camino, ni al cielo.
Las ruinas de un río no saben llegar
a la luna, al reflejo de la muerte.
No espera el espejo a su torrente
de quietud, a su eterna mirada.
Un girasol sobrevive entre los huesos
como un pequeño sol.
Un brazo caído no regresa a la herida
como un gusano rojo.
El silencio de la tierra no se borra
con la lluvia, con la persistente lluvia.
Viejas antorchas/ no muestran el camino
a los ascetas.
Las nubes, en cambio, permanecen
atadas al pedestal de fuego.
- Autor: Adolfo Flores Facundo ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2017 a las 21:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Catelgood
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