Hay noches en que los lobos están
en silencio y aúlla la luna.
George Carlin.
A la caída de la tarde
cuando caen las apariencias
me reúno con tres amigos
en el recodo del descanso:
Mi luna, mi sombra y yo.
Mi luna me vierte su luz,
mi sombra cobra vida al
trasluz, y yo...
Yo crezco con su alimento.
Cuando lo vespertino da paso
a lo nocturno,
mis amigos se acuestan sobre
los cojines mullidos de mi
sosiego para disponerse
a soñar...
Soñar con otras luces y sombras
que le son ajenas
y que añoran por que les inunda
la curiosidad de lo ignoto...
aunque adolezcan como ellos
de la misma imperfección.
A lo imaginado, a lo soñado
no le cabe lo imperfecto,
por pertenecer al mundo de las
nubes.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de noviembre de 2017 a las 18:55
- Comentario del autor sobre el poema: Ni la luna ni su sombra pueden mentir.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 23
Comentarios1
Hermoso poema: el yo en pseudo tercera persona del primer verso una ambigüedad sutil y refrescante.
Saludos a vos y vuestros amigos
Gracias Tokki por tus refrescantes palabras. Se los daré de tu parte.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.