EL CALOR DE UNA CARICIA

Jesús Pérez Romero

Como los juncos flexibles

que luchan

desesperadamente

contra la corriente del río…

Mis manos torpes y frías

tratan

de sujetar a duras penas

el calor

de una caricia juguetona

que una madrugada 

se perdió

en el vientre del mar

ahogada

entre las dudas y los celos.

 

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • kavanarudén

    Dudas y celos son capaces de destruir, para siempre, una relación
    Precioso poema.
    Un placer leerte
    De mi parte un fuerte abrazo desde Oliva, Valencia.
    Kavi

    • Jesús Pérez Romero

      Gracias por tu comentario, kavanarudén.
      Un abrazo.
      Jesús.



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