Estoy acabado
hecho un mojón.
Entre papeles mojados
dibujos viejos
bosquejos de mí.
Sucio
indecente
obligado a darme algún ok.
Me siento la hoja marchita del árbol,
un resto de primavera que se vuela con el viento,
me siento el primer dolor de rodilla de mi abuela,
un subte lleno de gente sin alma.
Reviso mis condiciones
mis blasfemias
mis amores y poemas primeros.
Todos ellos dan qué decir.
Doy lugar
a una nueva fiebre
una nueva fibra
de bravura
que añora futuros años de rebelión
que anhela bellezas inseguras
repletas de amor
para no dar.
Me encuentro hambriento de principios
de un fin
(Lamento de fondo)
de Sabina.
Cambiando cada lunes
haya luna o no
y cada viernes
allá ella
y yo
que lo soporto…
Mi dolor es un desastre
mi boca arde y me quema la garganta
no tengo estómago
ni piernas
ni hambre
ni tobillos
consumí todas mis uñas
y mi piel reseca
cargada de otras miradas
se cae a pedazos.
Tengo un sueño inerte
uniforme
absorto
una resaca de años
que sólo soporta tus gritos;
lo que nunca escribí
pero siempre digo
me atormenta cada noche
cuando apenas oso parpadear
o simular un leve dejo de unas ganas de dormir.
Una cara de seis décadas
me acompaña a cada lado que visito
mi sexo llora
se aburre
y aborrece mi persona
pero sobre todo
adormece
y espanta al amor.
Será, pues,
tan verdadero
tan necesario
este arduo labor?
Al vacío
o al despecho
no hace falta preguntarle…
- Autor: Felipe Romeo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de noviembre de 2017 a las 12:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: B. Wayne
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