Mis sueños de niña eran sencillos
Quería una casita blanca con patio de glicinas
Un perro malcriado y una gata perezosa
Con muchos niños correteando en el jardín
En cambio tú, justiciero del bien y del mal
Querías resucitar muertos, cambiar destinos
Escribir filosóficos tratados de amor y de moral
Gritar verdades, dar ejemplos y señalar caminos
Mientras tú vagabas solitario por el mundo
Sin transformar ni un alma desdichada
gritando verdades que nadie escuchaba
y escribiendo tratados que nadie leía
Yo no tuve ni casita, ni perro, ni jardín
Sí alguien que se cansó antes de empezar
Y un día, sin saber por qué, se marchó
Se llevó mi auto y en la cajuela mi ilusión
Derrotados por la trágica comedia de sueños frustrados
esa tarde te encontré en la esquina de la plaza
nos besamos sin besarnos, encendimos ilusiones nuevas
Y en pocas horas comprendimos la única verdad
Con un perro y una gata que encontramos por allí
Algunas semillas de glicina robadas
Construimos nuestra casita blanca
Con niños correteando en el jardín
- Autor: Rosita de Mendoza ( Offline)
- Publicado: 22 de noviembre de 2017 a las 18:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 118
- Usuarios favoritos de este poema: QUINSONNAS, Ivanna, Alberto Escobar
Comentarios3
Una historia de amor, con un camino no buscado, pero seguramente encontrado.
Un saludo
Esteban
Vida sencilla
Saludos
Es importante soñar en la vida ya algunos sueños volverán realidad, si uno quiere de verdad y tiene fé.
Saludos,
David
Gracias por leer estos versos. Un saludo cordial
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.