“El rincón de José Alfredo está en el centro del cielo.”
Dios le dio la mano
lo hizo su hermano,
le concedió el don
Rey de la Canción.
Mas, le dijo: “Fello”
tu vida es destello
con todo y parranda
el pueblo te manda”.
Dócil, José Alfredo
forjando su credo
presto, obediente,
se entregó a la gente.
Les cantó sus penas
tornándolas buenas,
compuso canciones,
los rancheros sones.
Con luna, con mar,
sediento de amar
todo sufrimiento
soportó el talento.
Frente a las mujeres
los más bellos seres
no tuvo secretos,
ni goces discretos.
Muriendo por ellas
junto a las botellas;
¡qué venga ese grito
artista bendito!
Sin matiz alguno
despecho ninguno,
cantina, tequila,
la pasión destila.
Beber, soñar y cantar,
él fue bohemio sin par,
¡aquí, sigue siendo “El Rey”
se lo ganó, pues, a ley!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 26 de diciembre del 2008
Dedicado a Don Carlos Navarrete Ruiz, fiel adorador de Jose Alfredo Jiménez
Reg. SEP Indautor No. 03-2009-061613310400-14
- Autor: Gonzalo Ramos Aranda ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2017 a las 06:01
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 11
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.