Con tu flequillito rubio,
tus ojitos de miel,
tu naricita respingada,
y tu sonrisa maravillosa y perenne
en la que bebí del néctar de tus besos,
quedarás para siempre en la memoria,
perfecta como tu mejor foto.
La corrupción de la vejez no ha de tocarte.
No habrán de recordarte como anciana.
Y nuestra historia de amor,
también perfecta
porque no tuvo tiempo para imperfecciones.
Sólo una vez bebimos del enojo
para mejor gozar de aquél reencuentro.
Ahora debo levantar estas paredes.
Esta vida, este foro,
esas palabras, esas canciones, esos perfumes,
esas preguntas y esas respuestas,
que eran tu escenografía,
para que puedan existir sin vos.
Ahora debo transitar el Gólgota de tu ausencia.
Tu amor me definía, y ya no sé quién soy.
- Autor: Julián Centeya (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2017 a las 00:04
- Categoría: Triste
- Lecturas: 78
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