Afortunadamente
Ese día había tormenta,
Una resaca de hambre y de vinos
El sol nunca se mostró
Afortunadamente
El cielo no estaba desnudo,
Gran manto de nubes
Era el último de los recursos.
Afortunadamente,
Vos estabas ahí,
Con manos extraviadas;
Empapada por la lluvia
Me recuerdo ver tus zapatos
Y tus alfileres
Eran como piedras en un rio
Afilados, silenciosos
Como esperando dormirse
Entre pieles y despertarse sin vacíos.
Afortunadamente,
Soplaba el viento,
Tan fuerte que arrancaba
Hasta las espinas de los rosales
Y yo, que no podía quedarme quieto,
Inmune, ante tal persecución
Y delirio de torpeza
Del invierno en pleno verano
Decidí abrazarte, conjugar tus verbos
En tiempo futuro
Con el sustantivo de mi labios.
Afortunadamente,
Y lo digo con derroche
De emociones,
Vos llevabas un paraguas
Que con nadie habías usado;
El tiempo es justo y es honesto
Nunca más nos volverá a mojar
Tormenta alguna,
Así, tajante sin pretextos.
- Autor: Dixon Calvo Cespedes ( Offline)
- Publicado: 29 de noviembre de 2017 a las 20:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Cailin Wesler
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