Que sólo se quedo el niño, que solo
en el cuarto de piel amarillo,
lo deje tan tierno, fresco, verde,
murió doce veces mi niño.
Sangre mía que no te abrace,
espejo al que nege la mirada,
boca de mi boca que no hable,
derrotavqie deje en ti plasmada.
Tu sangre se derramó lejos de mi,
galeote de amo ajeno, moriste
en la campiña rural, lejos, allí
donde no quise besarte ni vivir.
Que sólo se quedo mí niño, solo
para no ser quien quiso mi niño,
sólo se quedó mi niño que solo,
se quedó cuando le deje así.
- Autor: Ariel Figueroa Gomez ( Offline)
- Publicado: 29 de noviembre de 2017 a las 23:40
- Categoría: Familia
- Lecturas: 93
- Usuarios favoritos de este poema: Rayo Yording
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.