Oh, mujer, cómo te desea
éste mi errante corazón.
Te desea y te ama al engendrarse el día
junto a las ansias de tenerte,
cuando palpita el sol inextinguible
y la brisa corona tu semblante de rosa.
Tú eres la vida de todo mi universo
y yo simplemente te amo como el día a la luz,
como se aman las cosas amarillas,
como se ama la primavera.
Yo te amo porque me adornas el mundo de pétalos:
en tu abrazo y en tu beso yo siento circular todo lo viviente,
y en tu sonrisa veo lo imperecedero
del mundo y de la vida.
Aunque quiere el orbe, el mundo, el cosmos
asirse de tu corola, ser una de tus cordilleras,
navegar por tu misterio profundo como el mar,
o empaparse de la frescura de tu aliento,
competir con la fuerza de tu cuerpo inmaculado,
blanco más que la nieve,
¡oh amor mío!, no lo consigue.
Tú y tu hermosura son el mundo, el orbe, el cosmos.
Tu rostro alegre
es más pleno y auténtico que todo lo creado.
Brilla inmensa tu silueta de oro
sobre mis caminos polvorientos.
Rejuvenece mi esperanza si tú me besas.
Mujer mía yo solo quiero vivir para tus sueños
y ser uno más de tus claveles en el prado de tu alma.
- Autor: Sebafel ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2017 a las 10:26
- Comentario del autor sobre el poema: Es un poema de ensayo. Nunca había escrito un poema que intenta ser romántico. Ojalá sea de su agrado.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 32
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