Dices Que Me Amas,
Que Crees Mucho En Mí;
La Verdad, Te Engañas,
Amor, Para Mí, No Veo En Ti
Presente Estoy En Tus Labios,
Ausente Soy En Tus Tratos;
No Sigues Mis Mandatos,
Iguales Están Tus Manos,
Enamoradas De Lo Que El Mundo Ofrece,
Muy Ocupadas, Para No Obedecerme.
Aseguras Que Estoy Por Encima,
De Cualquier Cosa En Tu Vida;
Si Supieras Como Me Lastima,
Que Mi Nombre No Se Pronuncie;
Te Basta Con Decirme SEÑOR, SEÑOR,
¡Que Lejos Me Tienes De Tu Corazón!
Los Ángeles, Que En Ustedes,
Los Seres Humanos,
Están Muy Interesados,
Los Miran, Están Muy Decepcionados,
Porque Ya No Respetan a Su Creador;
Se Conforman Con Decirle SEÑOR,
Lo Invocan, Se Acuerdan De Él Solo En El Dolor.
Una Oración Ligera, Mecánica,
Sale De Tu Voz, Nunca De Tu Corazón,
Pasado El Peligro,
Aquel SEÑOR, Rápidamente
Se Va Al Olvido.
Razonas, Con Mucha Equivocación,
Que Para Ti Es Mucho Mejor,
Gozar Lo Que Tienes, Lo Material,
Antes Que Lo Espiritual.
Otra Vez, Como Tantas Veces a Sucedido,
Estoy Mostrando Misericordia, Paciencia,
Te Ofrezco Lo Bueno, Lo hago,
Por El Inmenso Amor Que Te Tengo.
Este Es El Tiempo, No Lo Dejes Pasar,
Conoce a Ese SEÑOR Desconocido Un Poco Más;
Él Es Tu Dios, Tu Amigo Tu Padre,
Coge Su Mano, Acepta Andar En Su Camino,
Antes Que Sea Demasiado Tarde…
- Autor: Oscar Lugo ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2017 a las 14:41
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.