En el andar cansino, de las tardes,
cuando solitario cae, a gotas el recuerdo,
Llueve sobre el sombrero,
pétalos raídos por el tiempo,
Momento es, de apurar el trago,
que la temblorosa mano sostiene,
en la copa opaca de la vejez,
Pronunciando en silencio,
los brindis olvidados del ayer,
aquellos, que se quedan,
detrás del insípido paladar,
cuando los ojos empañados
no pueden ver claramente,
si habrá un mañana
que la opaca catarata,
permita predecir.
Cuando el nombre de los muertos
amigos sean tantos,
que el de los vivos, no los puedas recordar,
cuando el pan duro que mordiste
en la noche del ayer,
hoy solo sea, una ilusión,
imposible de alcanzar,
Cuando la soledad de la noche
empiece a coquetear,
con la ansiedad de la exhalación,
Cuando la sonrisa sea mueca,
que frente al espejo,
el alma te haga doler…
Es hora, de apurar el paso,
para no perder el tren,
donde viajan apilados,
huesos recubiertos
con brillantes pergaminos,
como aliviando al mundo,
del peso de los senectos restos,
que le es difícil soportar…
- Autor: rodolfo dondero rodo ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2017 a las 01:11
- Comentario del autor sobre el poema: Poema publicado en el libro \\\"Los Golpes del Badajo\\\"
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 71
Comentarios1
Optimismo desenfrenado
Gracias por el comentario...¡saludos!
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