Con mis ademanes lentos me afeito
me afeito y pienso, ya sin prisa
en lo nuestro, en vosotros
bien lo sabes! añoro aquellos días!
la vida era nuestra, de nosotros
de nuestros momentos, de nuestras risas
llena de sentido, y de sin sentidos
también de reproches y de riñas
Es curioso mirarme en el espejo
quién es ese viejo que hoy me mira?
es curioso, en él no me reconozco
ni su rostro, ni el alma que lo habita
Es un rostro cansado, anodino
y que fue cambiando día a día
noches en vela, lo precipitaron
en sedimentos de melancolía
No reconozco, sus ojos opacos,
su mirada hueca, sus cuencas vacías
de nuevo me abate la pena, de nuevo
rehén de mis miedos, y de mi desdicha
De repente el viejo me habla..
De repente el viejo me susurra....
¡eres tú, y no importa lo que ves!
¡eres tú y no importa lo que miras!
importasteis vosotros, nosotros, lo nuestro
importó el eco de sus risas,
porque algunas tú las provocaste!
porque alguna fueron tuyas!
importaron vuestros sueños, los nuestros
importó al fin y al cabo que vivimos la vida!
la tuya, la nuestra, la vuestra
Qué más quieres viejo? viejo que hoy me miras..
De repente me veo en el espejo, por fin me reconozco..
Se me escapa una sonrisa
- Autor: Javier P (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2017 a las 17:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Federico Joel, Dorian Carlos
Comentarios2
Muy bueno!!
Muchas gracias Federico Joel
Abrazos
J
un final esperado.
es bueno siempre reflexionar 🙂
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