Azul fue el color de su vestido
cuando nos conocimos por primera vez.
Nerviosa, jugaba con su melena castaña.
Su boca gritaba un silencio
En el que me bañaba,
y las madrugadas estaban iluminadas
por su luz.
Sentado aquí,
escuchando la alondra en el balcón,
me fumo la muerte entre mis dedos crispados
y el recuerdo de su aliento.
Llega el olvido de su sonrisa sin cuidado.
Se marcha mi memoria querida.
- Autor: timpd ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2017 a las 18:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios3
Bonitos versos. Un saludo cordial
Muchas gracias, Rosita.
Hermoso poema.
Un gusto leerte.
Un saludo.
Un momento, un recuerdo, un amor.
Un noble sentimiento que queda en el tiempo.
La memoria, esa cajita donde guardamos todos esos recuerdos que nos ayudan a vivir, a soportar, a sobrevivir.
Un placer leerte amigo (permite que te diga así) poeta.
Kavi
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