Sé que sabes, que sin gafas
No ven más allá de tres metros,
Y tristemente mis gafas están arruinadas,
A tal punto que estos ojos que te obsequio, arden,
y más aún de deseo;
Cuando te acercas a ellos.
Si al igual que gafas
Podrías sujetarlos con tu bella nariz,
Y postrarte ante tu reflejo,
¿Qué cres que verías?
¿Un ángel? ¿El cielo?
Te diré que ven ellos:
Veintidós primaveras
Y veintiún inviernos.
La noche mas obscura
Con todos sus hermosos destellos
Y eso sólo, en tu cabello.
Una pequeña parte,
Tan pequeña, tan tierna,
Entre tus cejas y el cabello,
donde guardo mis besos,
Los más tiernos.
Ojos cafés
Dulces ojos cafés,
Que quitan el sueño,
Que me miran diciendo
¡No te pases de listo!
Y las más de las veces
Te quiero.
Una inefable sonrisa.
Me mata, me revive,
Me vuelve loco,
Haz de mí lo que quieras.
Pero nunca te marches
Sin una sonrisa.
Promesa de reencontrarnos, al terminar el día.
¡Pero ya!
Regresame mis ojos,
Que quiero seguir mirando
Ese bello rostro.
- Autor: Eder Guerrero ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2017 a las 20:44
- Comentario del autor sobre el poema: Cartas a Rubi
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Lincol
Comentarios1
Preciosos versos. Un saludo cordial
Muchas gracias, encantado de que le haya gustado. Saludos.
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