La reja

Estas son las palabras de un hombre muerto en vida,

De aquel que poco a poco se desmorona como una reja oxidada de la cual se desprenden fragmentos de hierro corroído por la ausencia y la desolación,

Mil veces la puerta vio entrar y salir a muchos por su vera,

Muchos la tomaron y con delicadeza la abrieron,

Otros de golpe atravesaron el umbral o salieron dejando atrás un golpe seco,

Ya no recuerda la reja cuando fue la última vez que alguien habito la casa,

Se derrumban las paredes con el tiempo y se empolvan los cristales,

La maleza asfixió las flores, y ya no existen en el césped primaveras,

Ya no rechinan los columpios en el patio,

Ya no salpica la piscina en verano,

Ya no humea la gran chimenea en medio del gélido invierno,

Solo habitan en la casa los fantasmas del pasado

Los recuerdos de mejores tiempos cuando todo eran risas, besos, travesuras y amoríos,

Ya no espera la antigua reja ver las risas o las flores,

El polvo lo cubre todo,

Con el paso de los días pierde la casa la esperanza de ser de nuevo una morada de ensueños,

Donde amar era idilio, y reír una regla,

Donde antes había sueños ahora solo quedan pesadillas,

Donde el sol cada mañana atravesaba picarescamente las ventanas ahora solo reina oscuridad,

Se pierde poco a poco la antigua reja entre tempestades y nevadas,

Se esfuma con el viento a pedazos,

Cada luna anuncia a la antigua guardiana su deceso,

Y esta lo sabe y con resignación se mantiene en pie esperando la hora de su final definitivo,

Esperando el momento de ser solo un puñado de polvo a merced del viento.