Un día quise poseerlo todo;
lo tuyo, lo mío, lo nuestro...
Amontonar objetos inservibles,
apropiarme hasta del cielo
y hoy, con poder contemplar las estrellas,
me daría por satisfecho.
Comí tiernos manjares, arrojando
la mitad al vertedero,
mientras los herederos del olvido
se alimentaban de sueños.
Ahora, con matar mi hambre, y aún herirla,
me daría por satisfecho.
Ansié ser admirado por los hombres,
deslumbrarles con mi fuego
de sus adulaciones avivado,
que sonrojantes recuerdos.
Hogaño, con escapar de las garras
del egoísmo zalamero,
que agasaja y te apuñala después,
me daría por satisfecho.
Traté de apoderarme de los montes;
que me envolviera el invierno
Con su gélido abrigo y sus umbrías
acogedoras de enero;
Acumular en mi pecho infinitas
flores hasta verme lleno;
abrazar los árboles y su sombra;
domesticar a los ciervos,
y hoy, con formar parte del paisaje,
me daría por satisfecho.
¡Pero que digo, no, eso me basta!
necesito algo más, quiero
fusionarme con la naturaleza,
derramarme por entero
en lo fértil, ser abono vegetal;
para la fauna, sustento,
colmar mis sentidos de primaveras
verdes hasta quedar ciego.
Acapararé ríos, lagos y mares
por saciar mi sed con ellos.
El día que no llueva, con mis lágrimas
regaré lo que siembro.
Que me tilden de ambicioso si quieren,
asumiré ese riesgo.
Mientras tanto, con que no mueras, tierra,
me daré por satisfecho.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2017 a las 06:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 113
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Bambú
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