Yo era el poeta… de las noches eternas de luna, que en mi corazón tenía una grieta, que en mi alma una canción.
La inspiración era incierta, en mi noches alumbradas de luna, como si escribiera a ciegas, de un amor que duerme aún.
Cuando la conocí, yo el poeta de mil aventuras, mis poemas empezaron a vivir, en esas noches de blanca y llena luna.
Yo era el poeta… ella era el poema, porque el cual me desvelaba, enmarcando latidos a ciegas, por el que la pluma se lucía, en la penumbra de la noche, mientras el corazón colgaba del cielo, como un distintivo broche.
¡Bendita poesía!, tú que inspiras al poeta, ella era hermosa como la luna, brillante como su silueta, que daba esperanza en el invierno frío, al que en el corazón que tenía una grieta.
Sigo siendo el poeta, que de ella escribe en las noches, mientras brilla desde lejos como una estrella, haciéndome señal de que la espere.
- Autor: Gabriel Brito ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2017 a las 16:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 85
- Usuarios favoritos de este poema: Lorenzo13
Comentarios1
Placenteras pinceladas de amor amigo Poeta Gabriel,que hablan de un gran amor que brilla en las noches plateadas y que mas temprano que tarde se acercara ,para que que sigan las inspiraciones de amor. Te deseo una Feliz Navidad pletórica de Bendiciones.
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