Entonces eres.

Tú no te atreves a encontrarte

encontrarse para atreverse,

todos tienen lo que merecen...

entonces sabes por qué sientes no tener nada.

Tú no te atreves a pensar por tí mismo,

y te pones cuerdas en las manos para ser titireteado

(todavía).

Tú no te atreves a dudar, confías ciegamente

terco animal nocturno

en tiempos donde el día se pasma

y te hace sentir caliente

(cobijado y eterno, te duele y sangras).

Tú no te atreves a cuestionar si quiera lo que oyes,

¿Cómo pretendes cuestionar lo que ves, llegar a la verdad,

(abstracta como especulaciones)

si te casas con la primera "realidad"?

y es bonita, y te hace sentir bien, cariño

claro, ¡boita!, te satisface, no es dañino...

Te tragas la idea, la degustas durante tus valiosos años

y la defecas demasiado tarde, cuando ya no valía notarlo.

Tú no te atreves a desobedecer al ganado que sigues,

que camina al matadero.

Tú no te atreves a desobedecerte, a cambiar tu sendero.

Tú no te atreves a revolucionarte, a construírte

a botar al carajo toda esa mierda fascista,

y velar por tus intereses, (a oírte).

Tú o te atreves no porque seas ciego,

¡tú no te atreves porque eres bruto!,

enajenadas las almas van,

que se quejan de los productos mediáticos y son uno.

¡Yo me atrevo!.

Aunque me cueste tu inmadura ofensa de que loco estoy,

¡Yo me atrevo!, porque de ser el caso

prefiero ser un loco utópico

lo que me sobra en éste plano,

a un ciervo vago encaminado.

Porque "el cuerdo" asegura que el loco es loco por errar, ¡riendo!

pues yo erro para hallarme, mientras escucha, ejecuta y muere el cuerdo. 

Tú no eres masa para galletas 

esperando llegar al molde, 

pero no te atreves,

(igual que el resto) a vislumbrar tus propias convicciones...

pero entonces te atreves a atreverte 

a ya no atreverte a continuar siguiendo...

Entonces eres.