Con la yema de mis dedos dibujó un corazón en la mesa imaginando que es tu espalda la que mis dedos tocan y tiemblo, tiemblo al pensar en ti porque tu energía logra transformar cuerpos, humedecer ventanas y suspirar intermitentemente en un intervalo de tres o tal vez dos horas cada vez que tu cuerpo se ausenta y cada hora cuando tu voz no se escucha.
Hoy siento que mis pies tiemblan al saber que caminamos en el cielo, siento en mis pies el aire del amor, el rostro de la vida y los sueños.
Siento que cuando te miro es como la primera vez, inocente, nerviosa, torpe y prudente. Siento que al pasar de las horas quiero besarte más y hundirme en ti hasta que se extinga todo en mi.
- Autor: Tata (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de diciembre de 2017 a las 00:25
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Patricia Aguilar
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