Sucedió nuevamente, la vereda callada fue testigo, tu pasaste sin mirar el horizonte y yo seguí sin mirar el futuro.
Tu espalda, mural de mis pesadillas, golpeo como un viento lleno de frío, las estructuras de mi cuerpo que ya gastado de gritar tu nombre, se dejo llevar por la espesura y la distancia.
Lejos sentí tus pasos, cerca mi abismo, sometido al pensamiento, de saberme pasado, en un futuro incierto, con la monta de tu nombre, marcada en los espejos, que cubren un cuarto lleno de soledades.
- Autor: Urquiza ( Offline)
- Publicado: 10 de diciembre de 2017 a las 17:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto, Texi
Comentarios1
En soledad los recuerdos nos agitan trayéndonos los momentos ya imaginarios que nos dieron una dicha.
Saludos.
Muchas gracias querido Gaston por su tiempo y comentario, desde ya lo saludo muy con mucho cariño!!!
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