Miradas furtivas
Que se esquivan,
abrazos que simulan caricias
mientras los labios encendidos
se limitan a suspirar,
esperan con impaciencia
que tú y yo
estemos en completa soledad;
donde entrelazando un poco
más que los cuerpos,
los pensamientos se desaten
y libremente conecten
a través de la piel
Humedecida por el placer de
sensaciones escondidas…
Deseos salvajes
corren de sí mismos,
huyen del terror a su libertad,
aguardan excitados que
la noche oscura de
tregua entre ellos,
entretanto nuestros
fugaces instintos de pasión
escapan con ferocidad
durante el día,
sin poder aguardar
la oscura soledad del atardecer…
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