Nos hacemos el tiempo para llevar a cabo algo, como si este estuviese a nuestra disposición, como si fluyera en torno nuestro o fuese parte de uno mismo. Miro el reloj y es precisamente el momento del tiempo en el que soy, me siento segura porque estoy viviendo en el presente [no conozco otra cosa]. Le pongo nombre 12:35. No me lo cuestiono. Avanzo con él olvidando que esté seguirá siendo sin mí apenas muera [solo yo]. Dependo de él y el no de mí, es una relación egoísta pero indispensable, tóxica, me limita. No soy nada, mi ser se esfuma, el tiempo me atrapa y no puedo escapar.
¿Escapar de qué? yo soy mi propio tiempo.
- Autor: Alfonzina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2017 a las 14:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
Comentarios3
Hermosa prosa poética sobre la esclavitud de tiempo al que estamos subordinados.
Un cordial saludo
Muy buena reflexión y también muy buena fuente de inspiración, Heidegger es sin duda uno de los más grandes filósofos de la época contemporánea.
Saludos.
Podrían no existir ni el uno ni el otro: SER Y TIEMPO
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