Mi madre comía tierra.
Metía en su boca oscuros terrones, y los deglutía.
Lo he dicho.
Luego de masticar nos daba en la boca, disuelta en su saliva,
a mi hermanita y a mi,
una pasta imposible que tan pronto tragábamos como vomitábamos.
Nos dejaba en una cama sin sábanas y se iba.
Nos levantábamos;
íbamos hacia donde estaban nuestros vómitos
y jugábamos con ellos.
Hacíamos círculos con una pajita en el charquito.
(Nuestro juguete,
nuestro pobre juguete)
Vendía su cuerpo en la calle,
ella, nuestra madre.
Pero estaba enferma y sucia.
No volvía a casa esa noche,
aunque en su paseo no encontrara a nadie.
Mi hermanita y yo
tampoco encontramos a nadie.
Guillermo
Direc.Nac. del Derecho de autor
- Autor: GuillermoO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2017 a las 19:27
- Comentario del autor sobre el poema: Posiblemente publicado antes
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L
Comentarios1
Impactante.
Saludos, Alex.
Gracias Alexandra, una sola palabra, es todo un concepto hermoso
saludos
GuillermoO
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