«Llegaste y te sentaste junto a mí,
para recordarme que no me dejarás,
que te gusta dormir en mis brazos,
quitarme las horas de sueño,
vestirte de mis suspiros y llantos ahogados.
Pero no quisiste venir sola.
La llamaste a ella, tu eterna compañera.
Para que sonría locamente en mi rostro
y me seduzca nuevamente,
convenciendo a mi frágil espíritu
de encamarnos los tres como antaño y volvernos uno.
Y desde ese día ustedes no se quieren ir.
Ahora soy el hijo pródigo del vacío,
de la lágrima escondida y del rayo de Luna
perdido en la nube nocturna.
He me aquí, a sus pies, sujetos de este
nudo en la garganta que me quema.
Al menos mientan, bellas Tristeza y Soledad.
Díganme que regresaron porque me extrañaban,
aunque a ustedes, yo no. »
© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima • Perú
02/Nov/2016
- Autor: Larn Solo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2017 a las 11:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
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