Tormentos de los tormentos
de penas y desencuentros
dolores de mis adentros
aterradores y cruentos.
Recuerdos de los amores
eternamente prohibidos
sinsabores tan sufridos
amarguras y dulzores.
Sin tener aquí a mi lado
la mujer de mi deseo
que del dios me volví ateo
y de rezos olvidado.
Mi cuerpo se hizo maldito
por yo desearla tanto
que mi alma murió de espanto
quedó el corazón contrito.
Así es que vivo penando
por un amor imposible
sufriendo yo lo indecible
por aún seguir amando.
-. Par
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