María tuvo a su hijo, en un desierto reseco
sin cántara para el agua, sin montes para su eco
Sin pañales de tela, sin espejo para su reflejo.
Solo un asno prestado, para volver a su pueblo.
El aliento de los animales, fue calor para el cuerpo.
María pidió prestado, del agua hasta el alimento
para saciar a su hijo,en la pesebrera en silencio.
Mientras José miraba, la pobreza en extremo
sabiendo que el que nacía, sería el rey del portento.
La noche iluminada,con la estrella de los vientos.
Otra María espera, a otro Jesús en nacimiento
en un castillo dorado,en alfombras de terciopelo
con alimento a la mano, y en el freezer mas sustento.
Más ayuda de una morena,nacida en continente viejo.
Y al menor llanto del niño, un médico de enfermero.
- Autor: Tú me interesas (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2017 a las 00:24
- Comentario del autor sobre el poema: La soberbia vanidosa nos hace perder los sentidos, una pequeña reflexión en navidad.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Beatriz Blanca, yosoyelquesoysiempre
Comentarios1
Una Natividad de estos tiempos modernos donde solo dios es el dinero. Excelente reflexión para estas fiestas.
Me alegra haberte leído pues, solemos quejarnos de llenos.
Un abrazo sincero y que vivas una Navidad plena de afectos.
No cierto que es bueno verla desde otro punto de vista, y no envolvernos solo en la celebración.
Que tengas unas felices fiesta junto a tu familia.
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