Voy corriendo, como las notas del piano
mis pies son dedos de infinitos acordes
mientras disonantes disparos
aceleran los pasos.
Me detengo en la última protección de la pared
y la incertidumbre detiene la posibilidad del cruce
en aceleradas escalas, los disparos marcan el camino.
Estoy inmóvil, el miedo sube de a poco
debo continuar, no puedo quedarme
las explosiones parecen fondo de tubas sincopadas
timbales definitivos.
Arrancan desde el silencio los agudos sonidos de fuego
que pasan por el claro, como apocalíptico desenlace.
Mi vida ya no tiene destino
no puedo huir, ni enfrentar el fuego
el ruido se suma a todos los sonidos
tiembla la pared a mi espalda
mientras un pequeño pájaro
se posa frente a mis pies.
El sonido ha cesado
el silencio se transforma en respiraciones
en extraños ruidos
escucho un ¡Bravo!
Y los aplauso explotan imparables
abro los ojos
y aplaudo, con el corazón acelerado
mientras el director invita a la orquesta
en agradecido saludo.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2017 a las 12:13
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 16
Comentarios2
Guerra de los sentidos estimado Esteban
Un abrazo afectuoso
Sin querer, tenemos sintonía coincidente en los temas expuestos.
En este caso, el personaje, subvierte la realidad del concierto, posiblemente la obertura 1812 de Tchaicovsky, con sus vivencias en combate, transitando miedos e imágenes desequilibrantes como la del pájaro.
Gracias por tu comentario.
Esteban
Podrían ser sonidos de las guerras interiores que combaten por salir al exterior. Pero el pájaro a tus pies las destruyó. Bien surrealista la imaginación del poeta.
Saludos afectuosos.
La tuya no va en saga, si es posible esa angustia por la sobrevida, desde su propio interior. La figura del pájaro y su fragilidad,como reflejo del personaje, en un lugar que no le es propio, dramatiza la escena.
Un abrazo.
Esteban
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