Si no quieres sufrir, renuncia a amar, esa es la prueba más convincente que amamos.
El amor acrisola al amor.
Y uno sola, sufre, ama y vive, es inseparable estas tres realidades, sin importar su orden.
Aprendí a amar, a fuego, a amar incondicionalmente a cada uno de mis hijos.
Ni el vivir ni el sufrimiento y el vivir tiene otro sentido.
Es ser más allá de ellos, es recobrar las fuerzas.
Es ser el repicar de la campana, el corazón latiendo.
Es sentir los cielos, el milagro y el lucero.
Es ser el aliento dando vida, creciendo en nuestro ser al niño Dios en el alma.
Es dar a luz al hijo y ser la madre.
Y ser la realidad de la promesa ofreciendo con y por amor, el corazón solo inclinada a Dios.
Manè Castro Videla
Hija, Mujer, Madre y Amante de Dios
- Autor: Mané (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de diciembre de 2017 a las 10:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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