Un invierno en Madrid sin ti

Calleron enseguida los copos de nieve en Madrid
pero de Cracovia
tardaron segundos en huir.

Estás en mis recuerdos
recuerdos que caen como la nieve
aunque ni cuajan ni hielan
sino que ríen y lloran.

Revolotean por el viento
navegan por el cielo
y corren por el campo
porque a la libertad abrazan.

Estás en mis recuerdos
como cuando los animales
dejan de ser nómadas
para ser fósiles en el suelo.

Aquel en el que tomamos
nuestras primeras cervezas
sin despojarme de galantería
por un momento
dejé de ser un caballero
cuando invitaste a la primera ronda
porque quisiste ser dama primero.

Calleron enseguida los copos de nieve en Madrid
pero de Cracovia
tardaron segundos en huir.

Estás en mis recuerdos
recuerdos indignados conmigo
por las muchas oportunidades
que tuve de decirte un te amo
mientras la cobardía y el miedo
pudieron conmigo.

Puto miedo.
¿Por qué tanto miedo
cuando estoy contigo
si, delante del espejo,
siento que soy un guerrero?
¡Qué paradoja!

Recuerdo tu cutis
bonito como el mejor poema
y tu mirada imprevisible
confusa como el mismísimo amor
que hiela o quema
y tu pelo de espigas de trigo
que cuando hablas conmigo
con él juegas.

Estás en mis recuerdos
aquel en el que bailamos
momento perfecto
para regalarte besos
pero huí del éxito.

Calleron enseguida los copos de nieve en Madrid
pero de Cracovia
tardaron segundos en huir.