Aparece la noche,
aún sin estrellas,
trayendo un recuerdo
a mi mente,
el de aquellos
ojos de color
noche sin estrellas,
noche temprana
donde su azul se debe
a los pocos rayos
del sol que quedan.
Ojos que, creo,
no he visto, solo imagino.
¿Cuántos recuerdos
hay en mi mente?,
toda mi vida,
desde que razono
pero, al preguntarmela,
no lo recuerdo
porque eso lo olvide.
Es fácil olvidar
lo que no te interesa
y recordar lo que si,
porque no es indispensable
para tu vida.
Qué doloroso es recordar
porque en ellos no esta,
por eso olvido
y recurro a la imaginación,
fuente infinita de conocimiento.
Recuerdos imaginativos
llenan mi mente,
vivencias que no vivi
alimentan mi memoria,
porque quien no sueña,
no vive,
quien no vive,
no sueña.
Me conformo con verte
en esos recuerdos
tan imaginativos,
como mi vida;
ya la realidad
no es suficiente,
por eso se recurre
a la fantasía.
En el papel se plasma
los recuerdos no vividos,
ya que la poesía
tiene las mismas reglas del sueño,
es fantástica e imaginativa.
Quizás esto no entre
a su conocimiento,
ya que el poeta rompe límites
para concebir
su obra de letras;
el poeta es soñador,
quien no entiende,
vive en la realidad.
Ahora hay
recuerdos imaginativos en el papel,
mientras bailan en el alma
olvido a los realistas,
porque al recordar
los dos al tiempo,
me doy cuenta que nada es real,
solo la poesía
que mis manos ya han escrito.
La imaginación une
la realidad con los sueños,
ahí te encuentro yo.
- Autor: El Ángel Solitario (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de diciembre de 2017 a las 15:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
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