¡Oh mujer de perfectas curvas!
Que me haces experimentar
El éxtasis de la vida
Entre tus piernas.
¡Oh mujer de todos y de nadie!
Que con tus caricias
Me haces volar hasta el amanecer.
No es necesario amarte,
Se que no me amas y yo no te amo
Pero tus frágiles labios rojos
Me hacen tocar las estrellas.
Mujer mía, mujer de una noche,
Ahora puedes marcharte,
Ya ha amanecido
Y has cobrado lo justo.
© Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos reservados
- Autor: Cuervo Negro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2009 a las 00:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 131
Comentarios2
¿Cuántas musas no han sido las damas de la vida galante? solo basta con preguntarle a un Joaquín Sabina, quien el en placer de la femenina encontró su divino.
Muy bello
Clavel Rojo
No hay relación mas honesta entre un hombre y una mujer, que ésta. Aplaudo esas horas de diversión XD.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.