Cómo en aquella imagen cadavérica,
sin compases en su pecho dañino,
viajó le aquel anhelo del destino,
para yo no soñarla filoxérica.
Lloraba, con miedo, en su hiel esférica.
Negando la huida, sin otro camino,
miró tras de sí, y rugió cual felino,
y yo celebré en mi cruz periférica.
Muerta del miedo por esa salida,
apareció una joven luchadora
que de aquél esfuerzo cayó rendida.
Fui a socorrerla sin una demora.
Allí estaba, tan triste y arrepentida,
sin aún saber que era vencedora.
- Autor: pe hache (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de diciembre de 2017 a las 08:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1498
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