Y en las tardes de aquel verano,
acariciando rostros desconocidos
peinando melenas ajenas y
traficando aromas de jardines nunca vistos,
los vientos conducen gorriones a tu lecho
y estampa obstinadas hojas en tus suecos,
mientras abanica tus hombros fuertes y bellos
se va posando libre sobre tu cuello.
Desarmando y enredando tus cabellos
estas brisas no cooperan
anhelando tus destellos.
Y tus vellos quedando al descubierto,
ciclones tiernos acompañan tus sueños.
Descansada, y despierta
el viento te declara mía
Como aquella vez que me decías
¡A ti me entrego vida mía!
- Autor: Lucero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2017 a las 00:12
- Comentario del autor sobre el poema: Palabras sentidas a mi fiel compañero y amigo, Jesús.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Un Servidor...
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