HAIKU

ubik

por la lluvia encendida 

muerdo la antigüedad del nenúfar 

ágil como el invisible coral de la emboscadura 

fragancia esculpida en el arcoíris

del frágil laberinto submarino

  • Autor: ubik (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de diciembre de 2017 a las 06:52
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 29
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  • Carlos Eduardo

    PAZ para los crepúsculos que vienen,
    paz para el puente, paz para el vino,
    paz para las letras que me buscan
    y que en mi sangre suben enredando
    el viejo canto con tierra y amores,
    paz para la ciudad en la mañana
    cuando despierta el pan, paz para el río
    Mississippi, río de las raíces:
    paz para la camisa de mi hermano,
    paz en el libro como un sello de aire,
    paz para el gran koljós de Kíev,
    paz para las cenizas de estos muertos
    y de estos otros muertos, paz para el hierro
    negro de Brooklyn, paz para el cartero
    de casa en casa como el dia,
    paz para el coreógrafo que grita
    con un embudo a las enredaderas,
    paz para mi mano derecha,
    que sólo quiere escribir Rosario:
    paz para el boliviano secreto
    como una piedra de estaño, paz
    para que tú te cases, paz para todos
    los aserraderos de Bío Bío,
    paz para el corazón desgarrado
    de España guerrillera:
    paz para el pequeño Museo de Wyoming
    en donde lo más dulce
    es una almohada con un corazón bordado,
    paz para el panadero y sus amores
    y paz para la harina: paz
    para todo el trigo que debe nacer,
    para todo el amor que buscará follaje,
    paz para todos los que viven: paz
    para todas las tierras y las aguas.

    Yo aquí me despido, vuelvo
    a mi casa, en mis sueños,
    vuelvo a la Patagonia en donde
    el viento golpea los establos
    y salpica hielo el Océano.
    Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
    ando errante por el mundo que amo:
    en mi patria encarcelan mineros
    y los soldados mandan a los jueces.
    Pero yo amo hasta las raíces
    de mi pequeño país frío.
    Si tuviera que morir mil veces
    allí quiero morir:
    si tuviera que nacer mil veces
    allí quiero nacer,
    cerca de la araucaria salvaje,
    del vendaval del viento sur,
    de las campanas recién compradas.
    Que nadie piense en mí.
    Pensemos en toda la tierra,
    golpeando con amor en la mesa.
    No quiero que vuelva la sangre
    a empapar el pan, los frijoles,
    la música: quiero que venga
    conmigo el minero, la niña,
    el abogado, el marinero,
    el fabricante de muñecas,
    que entremos al cine y salgamos
    a beber el vino más rojo.

    Yo no vengo a resolver nada.

    Yo vine aquí para cantar
    y para que cantes conmigo

    PABLO NERUDA



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