Cuando digas que no me amas, dime que has muerto para mi, pues eso entiendo yo vida mía.
Me dejas y no dejas nada, eres todo, de lo poco que tengo.
Viva eterna, estas en mi y si te vas, la muerte se posará encima de este cuerpo.
Juro, que muy poco tiempo queda, he mirado el reloj 30 veces y en cada una de ellas el tiempo ha sido el mismo: el del horror.
Pienso, no es necesario ver la película mas macabra para temblar, si sabes que muero de miedo cada vez que no estas conmigo.
A veces, la soledad puede arroparnos en la multitud o nos puede dejar solos cuando nadie nos acompaña, por eso cuando no estas a mi lado, sin importar con quien esté y donde esté, siento un gran vacío,
Hoy te escribo con las manos manchadas, con el mismo color rojo, que el de tu cabello y ahora que mi corazón late lentamente, puedo escuchar como siempre dijo que de verdad moría por ti.
Tristemente, para ti ahora no hay amor eterno, ni muerte efémera, y por más que desee morir por ti, no es, ni será suficiente para devolverte la vida, que te quité.
- Autor: Ricardo Ventura (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2017 a las 19:23
- Comentario del autor sobre el poema: \\\"No es tarea fácil sino -a veces- desgarradora la de mirarse por dentro, recorrerse, conocerse y luego contarle al prójimo las primicias de la carne viva\\\".\r\nIgnacio Anzoátegui.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: ricardogonzález
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